domingo, 17 de noviembre de 2013

El mayordomo: relato subjetivo del movimiento por los derechos civiles

Un relato subjetivo y a veces maniqueo de la historia del movimiento por los derechos civiles estadounidenses, con un buen trabajo de director y actores. Merece la pena.



El mayordomo es una película dirigida por Lee Daniels y protagonizada por Forrest Whitaker, Oprah Winfrey o Cuba Gooding Jr entre otros. El guión, coescrito por Daniels junto a Danny Strong, parte de la historia real de Cecil Gaines, un mayordomo que trabajó en la Casa Blanca durante 30 años al servicio de nada menos que 8 presidentes, para hacer una especie de "road-movie" de 50 años de recorrido por la historia de Estados Unidos y, sobre todo, del Movimiento por los Derechos Civiles.

La película comienza en 1927, mucho antes de que Rosa Parks, una chica negra de Alabama, se negara a levantarse del asiento del autobús reservado para blancos o de que James Brown cantara "I'm black and I'm proud" Nos situamos en el Sur de Estados Unidos, en un momento en el que las personas negras reciben un tratamiento casi infrahumano, no muy diferente de los tiempos de la esclavitud. Y conocemos a Gaines, nuestro protagonista, en su infancia. Y vivimos una de las secuencias más crudas de la película: el asesinato del padre de éste a manos de su patrón. Poco a poco crece, desempeñándose en la labor de mayordomo y soportando en silencio el desprecio y el paternalismo de los blancos, y un buen día le llaman para que acuda a la Casa Blanca. A partir de ahí comienza una carrera profesional de casi 30 años.

Más adelante comprobamos que Gaines ha formado una familia, un detalle importante dentro de la trama de la película. Y es que una de las características fundamentales de la historia que el director Daniels nos cuenta es el antagonismo entre los distintos personajes. Mientras Gaines padre muestra una cierta sumisión y docilidad hacia el destino que le ha tocado vivir, su hijo mayor desde el primer momento opta por la resistencia y la desobediencia. Mientras Gaines padre reniega de sus orígenes sureños y no quiere ni pensar en volver a pisar la tierra de su juventud, el hijo mayor regresa a ésta en cuanto tiene oportunidad. Pero no es la única relación antagónica. La relación conyugal entre marido y esposa también es enormemente antagónica. Y es que mientras la vida del marido está marcada por la rectitud y el trabajo a destajo para sacar adelante a su familia, ella es medio alcohólica y tiene algún que otro lío amoroso.

De igual manera, la relación entre los dos hijos de nuestro protagonista, aunque cordial y fraternal, está marcada por ese antagonismo. Y es que mientras uno se dedica a luchar por los derechos civiles y a ser un poco "bala perdida", el otro hermano tiene un carácter más parecido a su padre, y se comporta con rectitud y sin llamar la atención. Este antagonismo se ve reflejado en la escena en la que Earl, que es como se llama el hermano pequeño, le comunica a Louis, el mayor, que desea participar en la guerra de Vietnam. En una frase enormemente explícita, Earl le espeta a Louis: "Tú estás luchando contra este país, y yo quiero luchar por este país"

Otro de los puntos cruciales del filme es la relación entre Cecil y su hijo mayor. Y es que su hijo Louis comienza un camino que inicialmente Cecil considera proscrito, ya que probablemente no concibe que la sociedad en la que vive pueda funcionar de forma distinta. Ese distanciamiento se transforma en ruptura tras una tensa reunión familiar con Louis y su entonces compañera presentes, en la que Cecil Gaines se siente faltado al respeto tanto por su hijo como por su compañera. Esa ruptura se acentúa con la muerte de su hijo pequeño en Vietnam, y la actitud distante de Louis ante este hecho. Sin embargo, con el paso de los años, la trayectoria de Louis se endereza y Cecil reconsidera esa ruptura con su hijo. Considero que ese cambio de postura no está muy bien justificado y plasmado en la película.

Ku Kux Klan
En todo caso, a través de la figura de Cecil Gaines, la obra de Daniels repasa gran parte de la historia del Movimiento por los Derechos Civiles: Martin Luther King, Malcolm X, los Panteras Negras, la lucha contra el apartheid sudafricano, etc. Ese repaso no sólo se centra en ese movimiento sino también, y de forma general, de la historia de Estados Unidos: el asesinato de JFK o la guerra de Vietnam entre otros hechos históricos.

Tratar de abarcar 60 años de historia en 132 minutos hace que necesariamente El mayordomo tenga que tener un carácter sintético, yo diría que excesivamente sintético en ocasiones. Además de sintético, la película tiene un carácter marcadamente subjetivo, y no lo digo como algo negativo sino como un elogio, aunque no comparta algunos puntos de vista de los responsables del filme. Y es que mientras se presenta a Kennedy poco menos que como una hermanita de la caridad con un enorme corazón, Nixon es caracterizado como un borracho sin escrúpulos y Reagan como un intransigente. En todo caso, la parte que más me chirrió fue la representación a brocha gorda que el filme hace del Partido de los Panteras Negras como unos radícales extremistas e intransigentes, obviando el importante trabajo comunitario que estos hicieron en ghettos de muchas ciudades americanas en los años 70, y pasando de puntillas por la enorme represión desatada por los sucesivos gobiernos estadounidenses (apenas mencionada en la película), incluido un programa de contrainsurgencia denominado COINTELPRO, que directamente ni siquiera es mencionada en El mayordomo.

Más allá de las divergencias con algunos planteamientos de El mayordomo, si ésta lanza un mensaje nítido a lo largo de su metraje es que los avances conseguidos por las personas negras en Estados Unidos se han debido no a la acción de ningún gobierno, sea del color que sea, sino al valiente y comprometido trabajo de miles de activistas anónimos que consiguieron cambios muy importantes a lo largo de décadas de sacrificio. Y teniendo la perspectiva de ver cómo eran las condiciones de vida en 1927, o en la década de los 60, resulta comprensible que el triunfo de Obama sea visto por muchas personas negras estadounidenses como un paso adelante y una muestra de esperanza, aunque personalmente esta afirmación me parezca más que matizable.

Daniels demuestra un gran oficio con la cámara, casi desde la primera escena, en un terrible y elocuente plano picado con la bandera de las barras y estrellas al fondo y dos negros ahorcados en primer plano. También destacaría la secuencia en la que se contraponen dos mesas, la de Louis Ganes y el resto de sus compañeros activistas que reciben los insultos y el desprecio de los racistas sureños cuando se niegan a cambiarse de mesa, y la de los invitados (todos ellos blancos, algo no precisamente casual) a un banquete en la Casa Blanca.

El trabajo de los actores principales es formidable. Los secundarios hacen un meritorio trabajo a lo largo de toda la película, destacando a Oprah Winfrey en el papel de la esposa de Gaines, y a Cuba Gooding Jr en el papel de Carter Wilson, compañero de trabajo y amigo de Gaines. Pero sin duda quienes sostienen el peso del trabajo interpretativo son Forest Whitaker y David Oyelowo, uno interpretando a Cecil Gaines y el segundo a su hijo Louis.

En definitiva, El mayordomo es una película realizada con mucho oficio y talento, y que ofrece una mirada subjetiva a la historia de Estados Unidos a través del recorrido de su Movimiento por los Derechos Civiles. Sin ser una obra redonda, creo que merece la pena ser vista sin ninguna duda.

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