martes, 24 de septiembre de 2013

Enemy: El caos es un orden por descifrar


Una película muy de autor, con una tensión continua y en la que sales del cine preguntándote si has entendido bien toda la película. Destacan algunos planos del director y la interpretación del "doble" Jake Gyllenhaal. Recomendable, aunque quizá no del gusto del "gran público"



El pasado viernes comenzaba una nueva edición del Zinemaldia, el festival de cine de San Sebastián. Hacía ya varios años que no había tenido la posibilidad de acudir a esta cita con el cine, por distintos motivos. Este año sí tendré la posibilidad de disfrutar con alguna de las obras que se están proyectando y se proyectarán en el festival. Ayer mismo tuve la oportunidad de ver Enemy, película dirigida por Denis Villeneuve y protagonizada por Jake Gyllenhaal. Respecto al primero, Villeneuve es un cineasta quebecense completamente desconocido para un servidor. Tal y como el mismo Villeneuve declaraba a la prensa en el propio Zinemaldia, ésta es una obra muy personal que afrontaba antes de dirigir Prisioneros, su primer largometraje en Hollywood, protagonizado por el premio Donostia Hugh Jackman. Lo cierto es que, teniendo en cuenta el tono opresivo y psicoanalítico del filme, no me habría sorprendido que hubiera sido dirigida por David Lynch o David Cronenberg. Enemy es una adaptación de la novela "El hombre duplicado" de José Saramago. No la he leído, así que no puedo juzgar lo acertado o no de la adaptación. Lo que sí puedo decir es que Enemy es una de esas películas en que a lo largo de todo el metraje estás en continua tensión y que, una vez finalizada, sólo te pueden surgir preguntas: ¿He entendido todo bien? ¿Qué quería dar a entender el director? Si esto es una virtud o un defecto, queda a juicio de quien esté leyendo estas líneas.

Pero hablemos de la película en sí. Enemy comienza con una escena en un club de alterne, donde vemos al protagonista junto a una stripper, la cual juguetea con una tarántula. A continuación, se nos presenta a Adam, un profesor de Historia con aparentes problemas sexuales con su compañera y que parece ahogado por la vida. Una noche, tras ver una película recomendada por un compañero de trabajo, soñará con un actor secundario de la película tremendamente parecido a él. A partir de ahí, nuestro profesor se obsesionará con su "doble", a quien querrá conocer.

Villeneuve usa, y hasta abusa, de planos generales de la ciudad en la que vive nuestro protagonista, con la intención de profundizar en la caracterización de ésta como la causa del ahogo de nuestro protagonista. Pese a estos pequeños abusos, considero que demuestra oficio en el manejo de la cámara. Es de destacar el uso de la misma en algunas escenas, como en el momento en el que el profesor de Historia acude a la casa del actor.

También son destacables las interpretaciones, especialmente la de Jake Gyllenhaal, quien hace muy creíble esta versión moderna de Jeckill y Mr Hide, con dos personajes calcados físicamente y de caracteres casi antagónicos, uno apocado y tímido, otro extrovertido, agresivo y seguro de sí mismo. Junto a él, Melanie Laurent y Sarah Gadon realizan unos meritorios papeles secundarios, en el papel de novia de nuestro angustiado protagonista.

Pero si por algo llama la atención Enemy es sin duda por su final. Tranquilos, no os lo voy a desvelar, aunque sí os diré que lo primero que me vino a la cabeza fue Kafka, aunque probablemente para entenderlo haya que leer más bien a Freud o a Lacan. Si queréis entender lo que esta críptica frase quiere decir, aprovechad para ver Enemy ;-)

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