jueves, 12 de septiembre de 2013

40 aniversario de otro 11-S: Missing

Una brillante denuncia del golpe de Estado chileno, que cuenta con un magnífico guión y una magistral interpretación de Jack Lemmon y Sissy Spacek.


Aprovechando que el pasado 11 de septiembre se cumplían 40 años del golpe de Estado chileno que acababa con el gobierno de la Unidad Popular de Salvador Allende, considero adecuado comentar una de las más brillantes denuncias de esta dictadura. Hablamos de Desaparecido, probablemente la película más conocida del director greco-francés Constantin Costa-Gavras.


Mencionar a Costa-Gavras supone hablar de uno de los más famosos directores de lo que se dio en llamar el cine político. En su filmografía se incluye la denuncia del colaboracionismo francés en la II Guerra Mundial en Sección Especial; las purgas estalinistas en Checoslovaquia en La confesión; las injerencias imperialistas de Estados  Unidos en Estado de Sitio o la dictadura griega en Z, una de sus obras más conocidas. Cuentan que dos dictaduras influyeron poderosamente en su visión política: la de los coroneles griega y la chilena. Y es que meses antes de producirse el golpe de Estado encabezado por Augusto Pinochet, el greco-francés rodaba en el Chile de Salvador Allende Estado de Sitio, un filme ambientado también en América Latina, concretamente en el movimiento tupamaro de Uruguay y las injerencias norteamericanas en ese país y en otros de América Latina. Como si se sintiera en deuda con el pueblo chileno y el gobierno de la Unidad Popular de Salvador Allende, dio el salto a Hollywood para rodar Desaparecido. El resultado es un magnífico descenso a los infiernos en el Chile inmediatamente posterior al golpe de Estado.


La voz en off de un inconmensurable Jack Lemmon en la versión original nos anuncia al comenzar la película que ésta "está basada en hechos reales" si bien "se han cambiado algunos nombres para proteger a los inocentes así como a la película" Efectivamente, Costa-Gavras se basó en la historia real de la desaparición de Charles Horman, un periodista estadounidense presente en Chile en el momento del golpe protagonizado por Pinochet. La película se centra en su desaparición, y la posterior búsqueda que llevarán a cabo su padre Ed y su mujer Beth por la ciudad, magistralmente interpretados por Jack Lemmon y Sissy Spacek respectivamente.

Desaparecido cuenta con un magnífico guión, Oscar al Mejor Guión Adaptado en 1983, mediante el que se desarrolla con buen ritmo la angustiosa investigación de Ed Horman y Beth Horman por las calles de Chile y las innumerables trabas burocráticas que van encontrando por parte de los representantes de su propio Gobierno. Pero el guión desarrolla mucho más que las indagaciones de ambos protagonistas. También es la muestra del choque generacional entre una juventud idealista, heredera seguramente del espíritu anti-bélico y contracultural de los años 60 en Estados Unidos, y un padre conservador y religioso, incapaz de entender las inquietudes de su hijo y su nuera. Pero, sobre todo, es la transición que vive el padre uno de los ejes centrales de Desaparecido. Desde su escena inicial, con una actitud conformista y sumisa hacia los representantes de su gobierno, hasta la secuencia final, en la que se enfrenta a ellos anunciándoles que piensa hacerles "desear estar en el Antártico", Ed Horman experimenta una profunda transformación, la de un americano medio "apolítico" que se da de bruces con la realidad. El progresivo distanciamiento de Ed para con los responsables del gobierno estadounidense contrasta con el progresivo acercamiento hacia su nuera. Jack Lemmon traslada al espectador esa evolución de manera casi inmejorable: sus gestos, sus miradas, sus andares vagos e indecisos, sus inútiles súplicas a los burócratas americanos... hacen de su interpretación una de las mejores de su carrera, no en vano tanto él como Spacek recibieron sendas nominaciones al Oscar por sus trabajos en esta película. 

Por otra parte, la cámara de Costa-Gavras ilustra con descarnado realismo el Chile inmediatamente posterior al golpe de Estado: el ambiente tras el toque de queda, la asfixiante presencia del Ejército en las calles urbanas, las terroríficas escenas en el Estadio de la ciudad. Una de las secuencias que, en mi opinión, mejor ilustran ese terror es la secuencia en la que Ed y Beth Horman acuden a un hospital en busca de nuestro desaparecido protagonista. El tránsito de habitación en habitación, todas ellas repletas de cadáveres, resulta simplemente espeluznante, casi tanto como la indiferencia con la que el responsable del hospital esquiva dichos cadáveres. El final de la secuencia, en el que la cámara enfoca al techo para descubrirlo también repleto de fiambres, resulta simplemente desgarrador. Ese brutal realismo se complementa en ocasiones con escenas de bello simbolismo, como la del caballo blanco (simbolizando la libertad y el pueblo chileno) huyendo a galope por las calles de Santiago de Chile mientras es perseguido y disparado por los militares golpistas, escena por cierto que podéis ver en el vídeo incrustado un poco más arriba.

Sería injusto dejar de mencionar la banda sonora de la película, compuesta por el conocido compositor Vangelis, especialmente la bella pieza con la que se cierra la película.

A modo de anécdota, al igual que Estado de Sitio no se rodó en Uruguay, tampoco Desaparecido se rodó en Chile, por razones obvias. Como las presiones para que no se rodase en Estados Unidos también eran muy grandes, finalmente los responsables de la película se decidieron a rodar en México, de ahí el acento de algunos de los actores secundarios. Estuvo prohibida en Chile durante toda la dictadura y Universal, la compañía productora de la cinta, también tuvo problemas de distribución durante algún tiempo debido a un pleito que entablaron contra la obra, entre otros, el embajador de Estados Unidos en Chile en el momento del golpe. Finalmente, pudieron volver a distribuirla en el año 2006.

En definitiva, una denuncia dura y sin concesiones del sangriento golpe dado un 11 de septiembre de 1973 por Augusto Pinochet, en el que algunos consideran el primer régimen neoliberal del siglo XX. Pero ésa es otra historia. Una buena y muy recomendable película.


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