viernes, 19 de abril de 2013

El ladrón de bicicletas

Hermosa muestra de realismo social en la postguerra mundial.



Durante los años en que el fascismo gobernó Italia con mano de hierro, el cine fue instrumento de propaganda, conscientes como eran Mussolini y sus acólitos de la efectividad de éste para adoctrinar a las masas. En esos años predominaba el cine histórico de claro carácter imperialista, así como la llamada comedia de teléfono blanco. La derrota del fascismo en la gran contienda mundial conllevó la llegada a Italia de una nueva corriente cinematográfica: el neorrealismo. Esta destacaba por la rápida filmación, los bajos presupuestos y, en muchas ocasiones, el uso de actores no profesionales. No puede entenderse este movimiento dejando a un lado el contexto social de la época, marcado por la escasez generalizada y la aparición de amplias capas de pobreza. El neorrealismo buscaba mostrar esa realidad social de la Italia de la posguerra. Si bien cuenta con algunos antecedentes durante la propia guerra, la magnífica obra de Rossellini "Roma, ciudad abierta" es considerado el primer ejemplo de neorrealismo.